André Salmon fue un periodista francés que trabajaba para “Le Petit Parisien” según la relación de periodistas extranjeros de Gonzalo Aguilera (ver aquí). En 1936 publicaba un artículo semanalmente en “Hebdo”, una revista ilustrada belga. En diferentes artículos informaba de la “guerra de las dos Españas”, como él escribió:
El 28/08/1936, titulado “Correspondants de Guerre”, informaba cómo viajó a España desde Dancharinea a Burgos, pasando por Pamplona y Vitoria, y de ahí a la Sierra de Guadarrama.
El 04/09/1936, en “Front plage 1936” describía la situación de las playas de Hendaya y San Juan de Luz, convertidas en lugar de aristócratas refugiados. Lo curioso es que incluía fotografías de La Calzada de Oropesa simulando aquella situación.
El 30/10/1936, en “Bergers de France et Navarre” dejaba entender que había pasado por Salamanca, Cáceres y Toledo.
El 13/11/1936, en “D’un pays sans concierge” narraba su paso por Talavera de la Reina.
NUNCA he tenido tantas comodidades como en este otoño marcial y generalmente inquieto. Nunca me he deshecho de esos bienes inmuebles, si bien no siempre estoy seguro de tener una piedra sobre la que apoyar la cabeza, soy demasiado feliz si puedo disfrutar del confort particular que la vida en el campamento reserva para aquellos que la aceptan.
Está, en primer lugar y obviamente, mi querida casa parisina, en esta "calle mariana y rural", así designada en una columna anteayer, para satisfacción de mis santos vecinos, los Reverendos Padres de Nuestra Señora de Sión; Tengo el mejor hotel número uno de Hendaya, un hotel que mezcla el confort inglés con las comodidades de la vida vasca y dotado de esta terraza desde donde, el pasado mes de septiembre, observaba con el corazón encogido cómo se iluminaban una a una las casas de lrún; tengo, en Burgos, en el corazón de Castilla la Vieja, en la austera ciudad del Cid Campeador, un piso burgués, porque no pude encontrar alojamiento en hoteles llenos de inquilinos madrileños que habían huido del Madrid Rojo; también tengo, con vistas al gallinero, una auténtica sala de tragicomedia en Talavera de la Reina, a orillas del Tajo, cuyo fluir arrullador estaba musicalizado, si me atrevo a decirlo, para arrullar la languidez de nuestras tías abuelas.
Éste era mi destino como corresponsal de guerra. Y guerra civil, además.
De estos diversos y variados alojamientos, el más pintoresco es sin duda el de Talavera de la Reina, en la Fonda del Comercio. Talavera es un pueblo de fachada, igual a sí mismo en todas las latitudes. Ya no había sitio para mí en el hotel con pretensiones del país, el Hotel Española, salvo en esta pequeñísima oficina abandonada por la dirección de la prensa internacional que la convertía a la vez en sala de redacción y en club. Máquinas de escribir de todas las marcas y zumbidos en todos los idiomas. Nuestro amigo Knickerbocker, apodado el as de Hearts Press, confraterniza allí con Cardozo, del Daily Mail; el querido d'Hospital, de la Agencia Havas, juega corteses partidos con el robusto y cordial Packard, de United Press.
Castillo de Oropesa.
Fuentes:
HEBDO. 1936-1939.
Notas:
1. Por favor, si copias, no me importa, pero cita el blog https://vestigiosguerraciviltoledo.blogspot.com
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