martes, 24 de septiembre de 2024

Libro: “Quem vem lá?” de Félix Correia

Félix João Camilo Correia (1901-1969) fue un periodista portugués del “Diario de Lisboa” que acompañó al ejército rebelde en su avance a Madrid en 1936. Entrevistó a Hitler en 1935 y a Franco, Yagüe, Queipo de Llano y Castejón en 1936.


En su libro Quem vem lá? Gente de paz! Gente de guerra!” relata sucesos de Sevilla, Mérida, Almendralejo, Badajoz ocurridos en agosto. Después de regresar a Portugal, se incorporó nuevamente en octubre de 1936 y asistió a la toma de Illescas y Navalcarnero.




Traducción con Google Lens del capítulo de la toma de Illescas:


LA TOMA DE ILLESCAS


Lo más impresionante de esta campaña es la certeza matemática con la que se han cumplido las predicciones del alto mando, cuyo plan de operaciones se ha ejecutado con total regularidad y sin que las tropas “rojas” hayan podido oponer resistencia seria.


Ayer, mientras nos acostábamos, un oficial nos dijo:

- Mañana por la mañana se tomará Illescas.

Hoy llegamos a Toledo a las once y hablamos con el teniente coronel Tella, gobernador militar de la ciudad, mientras salía misa en la catedral. Nos informó que el general Varela había entrado recientemente en Illescas. Pedimos permiso para seguir adelante y nos lo concedieron. Y tras una rápida visita a las impresionantes ruinas del Alcázar, punto de paso obligado para todos los extranjeros que llegan a Toledo, ponemos rumbo a Illescas.


De camino a esa localidad pasamos por las tierras recientemente ocupadas por los nacionalistas, Olías del Rey, Cabañas de la Sagra y Yuncos, donde durmieron las fuerzas del general Varela antes de lanzar su ataque contra Illescas. Y en cierto momento encontramos un compañero querido de tantas luchas: Carlos de Ornellas, un nombre que los nacionalistas españoles deben recordar, porque le deben mucho.


Hoy, a primera hora de la mañana, mientras la caballería al mando del teniente coronel Monasterio ocupaba las localidades de Azaña y Esquivias, atacando Illescas por el flanco este, la columna de legionarios y regulares al mando del teniente coronel Barrón avanzaba por la carretera de Toledo a Madrid, tras violentos combates tomando la pequeña localidad de Yuncos, donde las fuerzas gubernamentales dejaron un centenar de muertos, casi todos ellos milicianos procedentes de Alicante, Valencia y Madrid. Todo el camino está lleno de escombros. Durante su fuga, los funcionarios gubernamentales abandonaron ropa, municiones y material de guerra, así como numerosos cadáveres. Se pueden observar grandes fosos producidos por la explosión de granadas aéreas, lo que da al paisaje el aspecto desolado de una zona de guerra.


Nos reunimos con el capitán Fuentes, que manda los vehículos blindados, y le acompañamos hasta Illescas, que acababa de ser ocupada sin resistencia, a pesar de que una compañía de guardias de asalto había llegado apresuradamente desde Madrid para obligar a los milicianos a resistir. El general Mena, que dirigía allí las fuerzas gubernamentales, incluso amenazó violentamente a los milicianos con una pistola en la mano, insultándolos y obligándolos a luchar. Las amenazas, sin embargo, no surtieron efecto y los “rojos” abandonaron apresuradamente el campo ante el avance victorioso de las fuerzas nacionalistas. Algunos milicianos fueron encontrados escondidos en la aldea, inmediatamente desarmados e inmediatamente la pena capital se aplica de forma rutinaria.


La búsqueda de Tras realizar su entrada triunfal en Illescas, el general Varela envió otras fuerzas a ocupar Cedillo, con el fin de establecer el vínculo completo de las avanzadas entre Casarrubios del Monte, Valmojado y Méntrida, operando un movimiento envolvente que amenaza a Navalcarnero.


El avance que comenzó ayer por la mañana en el sector Bargas-Toledo y en dirección noreste, camino de Madrid, alcanzó hoy los 37 kilómetros de profundidad, con las tropas nacionalistas ya a 33 kilómetros de la capital.


Poco después de la ocupación de Illescas asistimos a un espectáculo apasionante: un combate entre aviones nacionalistas y gubernamentales. Dos aviones de combate nacionalistas volaban muy alto sobre la localidad conquistada cuando, por el lado madrileño, aparecieron a pequeña altura cuatro aviones Breguet, entablando inmediatamente un duelo de ametralladoras entre ellos. Los “combatientes nacionalistas” atacaron y lograron derribar dos aviones “rojos”, mientras los otros dos se retiraban. Uno de ellos cayó sobre las líneas gubernamentales y otro se estrelló contra el suelo, incendiándose, a unas decenas de metros de donde estábamos.


Todos corrimos hacia el fuego, que rápidamente consumió el aparato. Los dos tripulantes murieron instantáneamente y quedaron carbonizados frente a nosotros. Durante mucho tiempo buscamos algún documento que acreditara su identidad, pero no fue posible encontrarlo, pues todo quedó reducido a un montón de escombros carbonizados. Aún se esperaba que la aviación roja respondiera, pero ningún avión gubernamental volvió a aparecer a lo largo del día.


Las conclusiones que se pueden sacar de este día de combates en el frente son las siguientes: 

Los milicianos “rojos”, completamente desmoralizados, se retiran apresuradamente, casi sin oponer resistencia, mientras se acercan los legionarios y regulares marroquíes, que logran alcanzar los objetivos determinados por el alto mando casi sin bajas. La superioridad de la aviación nacionalista es indiscutible. En cada encuentro, los <<<rojos>> huyen o son derribados, lo que no habla a favor de su experiencia profesional.


Selección de ilustraciones:

Sanjurjo y Correia.



Avión derribado en el frente de Madrid.


García Morato, Varela y Yagüe en Talavera de la Reina.

El muro de los crucificados en el patio de la prisión de Almendralejo.


Correia con Millán-Astray.


Corrida de toros en Sevilla.


Fuentes:



Notas:

 

1. Por favor, si copias, no me importa, pero cita el blog https://vestigiosguerraciviltoledo.blogspot.com

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